Bioconstrucción o cómo edificar de una manera respetuosa con el medio ambiente y las personas
Somos conscientes de la importancia de una alimentación lo más natural posible y de cercanía, que nos cuide mientras protege el medio ambiente. En este mismo sentido, ¿hemos pensado alguna vez si nuestras casas son también saludables? ¿Cómo puede la arquitectura y la construcción ayudar a lograr un planeta más sano?
En las últimas décadas nos hemos concienciado sobre los efectos en la salud de la contaminación y los tóxicos presentes en los ecosistemas, pero en muchas ocasiones, y según han hecho patente estudios recientes, existen más sustancias contaminantes dentro que fuera de casa. Y una proporción importante de estos compuestos dañinos procede de los materiales utilizados en su construcción.
Con el fin de aunar la necesidad de un hogar confortable que sea al mismo tiempo sostenible, en los últimos años han surgido diferentes sistemas de edificación, bajo las etiquetas de bioconstrucción, casas ecológicas o bioclimáticas, que pretenden minimizar el impacto ambiental de la construcción y su consumo de energía.
¿Qué es la bioconstrucción?
La bioconstrucción o construcción sostenible es un conjunto de técnicas o principios de edificación que, mediante la utilización de materiales de bajo o nulo impacto ambiental, de origen sostenible o reciclado y preferiblemente naturales, tiene como objetivo crear hábitats sanos tanto para las personas como para el medio ambiente.
Es una alternativa sostenible que recupera técnicas constructivas tradicionales y materiales utilizados en el pasado: la paja, la piedra, la tierra son algunos ejemplos.
Esta forma de construir incorpora también criterios de diseño bioclimático con el fin de sacar partido a la ubicación de la vivienda y las condiciones climáticas de su entorno.
Algunos principios de la bioconstrucción
Uso de materiales ecológicos
Se recomiendan todos los materiales sostenibles que permitan el intercambio de humedad entre la vivienda y el exterior. Se trata de que nuestra casa “respire”. Por tanto podemos utilizar piedra, ladrillos de cerámica, de tierra, madera, bambú, paja, corcho, celulosa, fibras vegetales (cáñamo, madera, lino, fibra de coco, paja, algodón, sisal), morteros de cal, yesos naturales o arcillas, pinturas y barnices naturales, todo ellos materiales transpirables y que no emiten gases tóxicos.
Este criterio no afecta sólo a los elementos exteriores de nuestro hogar, sino también a lo que hay en su interior. Así, hay que evitar muebles que contengan parabenos, formaldehídos, ftalatos, bisfenoles… que se encuentran en muebles con barnizados no ecológicos, en ventanas u otros elementos de PVC, en suelos de vinilo, en alfombras de materiales sintéticos, en pinturas no ecológicas, en algunos productos de limpieza, etc.
Ubicación: estudio geobiológico y diseño bioclimático
Además de los materiales, la bioconstrucción contempla también que las edificaciones se ubiquen lejos de radiaciones electromagnéticas, de fallas geológicas, fuentes de gas radón o tendidos de alta tensión. También hay que tener en cuenta cómo se pueden aprovechar las características geográficas y climatológicas de la zona (uso paneles solares, aprovechamiento del agua de lluvia, buena orientación del edificio…).
Uso eficiente de la energía
Dentro del hogar o del lugar del trabajo, este tipo de construcciones utilizan sistemas de ahorro energético o de ahorro de agua en los grifos (atomizadores), muebles de bajo impacto ecológico, electrodomésticos de bajo consumo y bajas emisiones electromagnéticas… La bioconstrucción también pasa por incorporar en sus procesos constructivos programas de reciclado selectivo o de reutilización de residuos.
Una edificación basada en la bioconstrucción es capaz de reducir considerablemente sus necesidades de energía, y por tanto, su gasto de recursos. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), los españoles consumen de media casi 10.000 kWh/por hogar y año (9.996 kWh para ser exactos). Mientras, las viviendas realizadas bajo los criterios de la construcción sostenible son capaces de ahorrar hasta un 70% de energía, con la consiguiente reducción de la factura que ello supone.
A la hora de acometer un proyecto de bioconstrucción o de casa ecológica una de la claves es asesorarse con profesionales expertos en estas técnicas constructivas. En Sasmak somos especialistas en materiales de construcción, también en el campo de la edificación sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Llámanos y atenderemos sin compromiso tu consulta.